Practicar un deporte, es desde hace mucho tiempo una parte fundamental en mi vida, no solo por el mantenimiento físico, sino también por todos los beneficios mentales que me aporta.
Y como ya he dicho en otras ocasiones, tener que ir al gimnasio, para mí supone un gran reto.
Ya que lo que hago allí es levantar pesas, he tenido que adaptar mi rutina a esta nueva situación.
En máquinas donde antes lo hacía con peso libre (en las que seleccionaba diferentes discos con diferentes pesos) ahora lo que hago es utilizar máquinas guiadas, que me permiten hacerlo de una manera mucho más fácil (funcionan con un movimiento controlado y que incrementas el peso moviendo un testigo)
Está claro que hay ejercicios que me gustaría hacer como los hacía antes, pero puede resultar peligroso.
Y de nuevo no queda otra que adaptarse.
No lo puedo asegurar por completo, pero creo que soy el único ciego que hay en el gimnasio, y por ello, no pasó inadvertido.
La gente por lo general se suele apartar, al verme con el bastón, para dejarme paso y si estoy alrededor de una máquina y me ven que estoy dudando o tengo algún tipo de problema me vienen a ayudar.
Conozco el acceso a las maquinas que utilizo, pero hay zonas donde entrar resulta complicado y me puedo hacer daño con los hierros, bancos…
Pero, por el contrario, como hay gente para todo, también he visto situaciones en las que dejan tiradas las cosas y puedo tropezar con ello o se marchan de una maquina sin avisarme aún sabiendo que estoy esperando a que terminen.
Una de las partes más complicadas es saber si hay alguien utilizando una máquina.
Al principio era más fácil porque tenía más resto visual, pero a día de hoy, a no ser que haga ruido o que lo intuya por un movimiento extraño, es muy difícil que lo logre saber.
Muchas veces tengo que tocar con el bastón los pies de la persona que está haciendo el ejercicio para saber si hay alguien utilizándola.
Ya me ha pasado alguna vez que creo que no hay nadie, voy con mi toalla e intento ponerla, así que imaginad lo raro que tiene que ser que estéis sentados haciendo vuestro ejercicio y que venga uno y os tape enteros con una toalla,
Y os preguntaréis cómo hago para saber cuánto peso tengo que poner.
Lo que hago es, dejar el peso que hay y si detecto que es mucho, hago menos repeticiones y si por el contrario intuyo que es menos peso, hago más repeticiones.
Luego intento variarlo para adaptarlo al peso que puedo levantar, pero no soy capaz de verlo.
A futuro me estoy planteando hacer algún otro tipo de deporte, por ejemplo, atletismo adaptado y creo que es por las ganas que tengo de poder correr sin riesgo de morir en el intento o incluso alguno que sea colectivo tipo futbol o ciclismo …parece mentira, pero existen muchísimos deportes adaptados que se pueden practicar, incluso tiro al arco …
Ya os contare por cual me decido, lo que sí que sé, es que es imprescindible para mí practicar algo cada día.
Quiero agradecer a mi “TEAM” del gimnasio por su ayuda, sus risas y sus faltadas…Luis, Rober, Chuchi, Joaquín, Santi, Claudio, Juanjo, Rober, Sergio… y también, gracias a todos los que en algún momento me habéis ayudado y me lo habéis hecho más fácil.
Gracias por leerme.
Gracias a ti por compartir todos tus sentimientos, miedos, conquistas, incertidumbres…. Eres un valiente y ves la vida con el corazón.
Las gracias tenemos que dártelas nosotros, por guiarnos con la fuerza de voluntad con que tú lo haces.
Un beso enorme 🙂
David hace mucho que no te escribo pero no quiere decir que no te lea ni que no me acuerde de ti.
Te leo siempre y si te soy sincera mis sentimientos siempre son dos.
Uno, me quedo un poco “plof” al ponerme en tu piel y el otro es una inmensa admiración y devoción. Me inclino ante ti y ante los que te rodean por la gran lección de vida que nos estais dando.
Un beso muy fuerte.
Cada vez tengo más ganas de leerte, tu historia… nos cuentas tus logros y los objetivos nuevos que tienes en tu plan de vida
Enhorabuena por ser así
Gracias por dejarme leerte
David, no te canses de comentar tus impresiones. Servirá de ayuda. Ánimo
Toujours ravie ,impatiente et émue de te lire. A chaque fois que je te lis, c’est une claque puis une bouffée d’air.
J’attends de savoir dans quel sport tu pourras t’épanouir.
A bientôt