Ella

Entre salsas y bachatas en una noche de caos vi aparecer ese hilo.
Me acerqué y lo agarré, desde ese momento sabía que no lo iba a soltar.
En el otro extremo estabas tú, con el hilo del mismo color, ese rojo que tenía tu pelo.

No hizo falta mucho más, ese momento, ese fantástico baile, ese instante al que me intento trasladar en el momento en el que me encuentro mal.
Y es que el tiempo, por un momento, se paró.

Capaz con un simple giro o con una caricia de guiarme por los sitios más difíciles.
Desde un paseo, hasta moverme por un laberinto en una terraza llena de gente.

Has y estás demostrando todo lo que soy capaz de hacer.
Ordenando en muchas ocasiones mi mente y mi vida.

Haciéndome sentir, en algunos momentos, que todo sigue igual a pesar de la dureza de todo esto y es que simplemente con un abrazo has podido cambiar un momento malo.

Recuerdo, cuando por primera vez, no pude comerme una lata de sardinas por que se me caían del tenedor y no era capaz de verlas en el plato, me animaste, como cuando vine del gimnasio, me perdí y me quedé enfrente de una pared y me tuvieron que ayudar… en esos momentos solo pensaba en llegar a casa y encontrarme contigo, o como cuando disimulas y me pinchas la comida para que me resulte más sencillo comer, o como cuando me ayudaste por primera vez a adaptar móvil y ordenador…¡Hasta has llegado a programar! O como cuando me despierto en una pesadilla y estás ahí, a mi lado

Como tantos…

Mi mejor amiga, mi compañera de vida, sin ti nada de esto puede ser posible.

Calma en la tempestad y ánimos cuando estoy mal, no existen vidas para agradecerte todo lo que estás haciendo por mí.

Y es que gracias a ti estoy viendo un mundo diferente, he logrado ver incluso el cielo estrellado en una noche de lluvia de estrellas en las que logré pedir un deseo.

Que ojalá se cumpla, pero mientras tanto, tan solo tendré que cerrar los ojos y soñar en ese baile.

Porque ahora y siempre, quiero que vengas conmigo a cualquier otra parte.

Gracias por leerme